Por Alejandro Duchini
Para LA GACETA - BUENOS AIRES

Amélie Nothomb es la celebridad del momento de las letras francesas, aunque sea de origen belga nacida en Köbe, Japón, el 9 de julio de 1966. Acaba de publicar Sed (Anagrama), novela que acaba de llega a nuestro país. Su publicación fue motivo de presentación desde Barcelona, España, para medios hispanoamericanos, entre los que participó LA GACETA Literaria.

Sed tiene a Jesucristo como protagonista. Pero lejos del Cristo que se difunde en los textos religiosos, el de Nothomb es humano. Con sus debilidades y placeres. “Este texto es como un Evangelio. A los Evangelios, creo, les faltaba el cuerpo. Entonces intenté escribir un Evangelio del cuerpo”, fue una de las primeras declaraciones que hizo a través de la virtualidad.

A la búsqueda de Vladimir Putin

Con larga cantidad de títulos entre ensayos, novelas y cuentos, prefirió no catalogar de religiosa a Sed, aunque dijo que “quienes son creyentes tomaron al texto como difamatorio”. Recibió insultos de sacerdotes y de fieles católicos. “¿Cómo personas que dicen pertenecer a una religión del amor consiguen expresar tanto odio? Es una pregunta que me hago mucho. Todos tenemos un Judas cerca, pero no en el sentido de que nos traicionará sino en cuanto a que no es feliz, a que le molesta todo”.

Por el contrario, sacerdotes “jóvenes” le escribieron para agradecerle el contenido de la novela: “La vieja Iglesia es bastante tibia con respecto al libro, por no decir insultante; pero la Iglesia nueva lo ha recibido bien”. “El Vaticano fue bastante tibio”, definió con un tono serio que casi no varió en la hora del encuentro.

Retrato de Putin y la Rusia contemporánea

En su entorno, Sed tampoco pasó desapercibida. Les gustó a sus padres, dijo, pero no al resto de la familia. “Los Nothomb son católicos tradicionales”, explicó. “Sed llegó justo antes de la muerte de mi padre. Fue el último libro que pudo leer y eso me alegró”.

Nothomb contó que la figura de Jesucristo siempre le provocó interés, por lo que trabaja en la temática desde hace varias décadas. El resultado es lo que define como su propia “visión de las cosas”. “Que cada uno exponga su propia visión de Cristo”, desafió sobre las críticas. “Lo único que sabemos es que Jesús existió. Pero no sabemos si fue hijo de Dios. Me resulta más interesante pensar en Jesús sólo como hombre. Que no sea el hijo de Dios facilita mucho las cosas”, agregó.

“El Evangelio dice ‘amaos los unos a los otros y ama a los otros como a tí mismo’. Entonces no tiene sentido que Jesús se deje crucificar”, ironizó antes de recordar que a sus 12 años descubrió el Evangelio y, con su lectura, el sufrimiento; desde entonces se le planteó el problema. Ahora, a sus 55 años, no deja de preguntarse “por qué la iglesia católica glorifica el sufrimiento”. “La figura de Cristo es el ejemplo de sufrimiento que se nos suele dar en nuestra cultura”, sintetizó. “Me gusta ver a Jesús como alguien cualquiera. Jesucristo es igual que nosotros. Podemos vivir la misma vida. No hace falta que acabemos en la cruz”, reflexionó. “En mi libro está presente el amor, pero quizá sea menos central que el sufrimiento”, opinó, aunque para ella José Saramago fue más duro con Cristo. “Nunca se escribió nada tan duro sobre Jesús como lo hizo Saramago en El Evangelio según Jesucristo. En comparación, Sed es una novela adorable”.

Volver

Algún día, contó, volverá a visitar Latinoamérica, siempre y cuando lo permita la pandemia por Covid 19, que la sobrellevó en su piso de París. “La pandemia es la enfermedad de la soledad. En mi caso ha sido sinónimo de soledad. Una cosa similar a la cárcel”, comparó. Ese posible regreso seguramente será para presentar otro libro, pronto a publicarse. Nothomb suele publicar un libro al año, por lo que se ha convertido además en una de las autoras más prolíficas de estos tiempos.

Cada libro publicado, cada libro que escribe y cada momento de escritura es una ayuda para vivir y descubrir. En sus palabras: “Creo que siempre hay que escribir porque si no, no sabremos cómo ocurren las cosas. Virginia Woolf dijo que las cosas no pasan hasta que las escribimos”. © LA GACETA


PERFIL
Amélie Nothomb
nació en Kōbe, Japón, en 1966. Proviene de una antigua familia de Bruselas. Con la publicación de Higiene del asesino, su primera novela, inició una carrera que rápidamente la convirtió en una de las autoras de lengua francesa más leídas y con mayor proyección internacional. Tiene publicados más de 30 títulos. Algunos de ellos son Estupor y temblores (Gran Premio de la Academia Francesa), Ni de Eva ni de Adán (Premio de Flore) y Petrónille. Obtuvo los premios Leteo y Jean Giono por el conjunto de su obra. El año pasado se le otorgó el Premio Renaudot por su novela Primera sangre, historia personal sobre la muerte de su padre, ocurrida casi al mismo tiempo que el coronavirus se propagaba por el mundo. Es una de las autoras que más vende en el mundo.